Meses atrás pudimos visitar las obras de restauración de la Catedral de Vitoria y tuvimos muy claro que una iniciativa como ésta merecía una entrada. Normalmente, cuando se inicia una restauración, todo el proceso cierra puertas entorno a aquello intervenido para dejar trabajar cómodamente a los restauradores. Pero en los últimos años hemos venido observando una tendencia creciente del interés que despierta un proceso de este tipo y de ella nacen iniciativas como ésta. La Catedral de Vitoria está abierta por obras.
Se está realizando lo que da en llamarse una intervención integral. Al estar emplazada en la cima de una colina, las bases sobre las que se asienta el edificio sufren un desnivel de muchos metros de un extremo a otro. El edificio no fue construido para soportar grandes empujes horizontales, por lo que la sustitución de la antigua techumbre de madera por la bóveda de piedra actual, no hizo más que empeorar la situación. A pesar de que se construyeron contrafuertes y arbotantes para evitar la alteración del equilibrio estructural, poco a poco los muros y las bóvedas fueron llenándose de profundas grietas, los arcos deformándose hasta parecer hechos de arcilla (observad la imagen a continuación) y el edificio fue escorándose hacia el oeste irremediablemente. Durante los años 60, se realizó una intervención -no fue la primera- que no hizo más que empeorar el estado del edificio con el único motivo de devolverle el aspecto gótico original. En aquel momento se suprimieron los arcos codales que se habían levantado para corregir las deformaciones tiempo atrás, sustituyéndolos por tirantes metálicos, se cerraron y abrieron vanos a placer y se recortó parte del contrafuerte que ocultaba la portada de Santa Ana, lo que reemprendió los movimientos hacia el oeste del edificio. En 1994 se cerró al culto por peligro de derrumbamiento y, tres años después, la Diputación Foral de Álava decidió poner en marcha el plan de restauración actual viendo venir un desastre más que anunciado.
La piedra de la construcción se veía especialmente afectada por los fenómenos meteorológicos, que sumados a la contaminación industrial, la «deshacen» lentamente hasta convertirla en arenilla. Aparecen, desde la actuación en los años 60, nuevas grietas por la compresión de la piedra que evidencian lo perjudicial que fue esa restauración para el conjunto.
Un año y medio después, se finalizaron los estudios previos y se empezó, bajo el Plan Director, un proceso complejo que se alargará muchos años en el tiempo. Comprende todos -remarco, todos- y cada uno de los problemas que presenta el conjunto, como debe ser en un buen proyecto de restauración. Si los cimientos no están bien, los muros sufrirán, y si los muros sufren, las decoraciones corren un peligro inmenso. Para ello se han creado, especialmente para la ocasión, una serie de métodos y herramientas que ayudan a salirse de las interpretaciones lineales y superficiales para considerarlo todo en su globalidad y profundizar en las alteraciones. Para ello, se ha llevado a cabo una documentación planimétrica exhaustiva, con técnicas fotográficas tridimensionales que han sido procesadas por unas herramientas informáticas creadas para la ocasión.
El pórtico de Santa María es la primera de las fases que se considera concluida. Aún permanece cerrado a los viandantes pero se puede visitar e incluso se programa por las noches un espectáculo que reproduce con luces la policromía original que se ha podido descubrir en los estudios exhaustivos (mirad la imagen de abajo). Si vais a visitarla y os fijáis bien, se pueden observar restos en fragmentos concretos de las figuras que dan una idea del esplendor «original» de las decoraciones. Se llevó a cabo un análisis minucioso a microscopio con el fin de recuperar información sobre la policromía del pórtico y realizar una carta de correspondencia que permitiera hacerse una idea global de su aspecto. Se tomaron micromuestras de policromía, de sales y de morteros para ser estudiadas en el laboratorio. El punto donde más muestras de policromía se han extraído, ha sido en el parteluz de la Virgen, con un total de 26 debido al gran número de capas de color superpuestas de se han encontrado. Se procedió a reconstruir gráficamente las policromías con un programa de tratamiento de imagen con el fin de poder reconstruir la evolución cromática del pórtico sin dañar ni eliminar ni una sola de sus policromías. Teniendo en cuenta el estado de conservación de los materiales, de acuerdo con los criterios actuales predominantes, se optó por un tratamiento puramente conservativo que asegurara la duración en el tiempo del conjunto sin practicar ninguna intervención innecesaria. Se saneó el monumento, eliminando las causas principales de deterioro pero respetando todas las huellas, restos, reposiciones, morteros y capas de color correspondientes a intervenciones anteriores, siempre y cuando no causaran perjuicio o desvirtuaran el aspecto real.
Para finalizar, me gustaría felicitar a los artífices del proyecto y a todos los restauradores que están interviniendo, por ser tan respetuosos con los criterios a seguir. El aprovechamiento de las nuevas tecnologías les ha permitido documentar cada uno de los rastros que el tiempo ha dejado en la catedral sin dañar en lo más mínimo ni un centímetro más. Tengo que decir que después de hacer la visita guiada a las obras, teniendo en cuenta que como restauradora me muestro muy crítica y siempre busco la vuelta a todo, no tengo absolutamente nada que objetar sobre el proceso. Incluso la chica que nos guió por el laberinto de pasarelas, Loinaz, supo responder a todas y cada una de las preguntas -muchas y rebuscadas- que le hice sobre el proceso de restauración estructural, los vitrales y el pórtico, sin ser experta en restauración, realmente se ha preparado increíblemente bien para hacer su trabajo. Así da gusto, de verdad.
Os animamos a que visitéis este proyecto, porque iniciativas como ésta tendrían que ser más habituales para que la gente de a pié pueda comprender cuan compleja es una intervención de este calibre y hacer más accesible nuestra profesión, que es demasiado apasionante para encerrarla tras una valla.
Si queréis ampliar información sobre el proceso, podéis consultar parte del Plan Director en este enlace. Realmente merece la pena. Si lo vuestro es más de curiosear sin leer mucho, aquí podréis hacer una visita virtual a la restauración.
Amazing!