Arrancamos el año

En primer lugar os quiero desear un feliz 2014 a todos, lleno de alegrías y ¡mucho arte!. Yo lo empiezo un poco reivindicativa (ya viene siendo algo normal en este blog) pero también con alguna buena noticia. Como no me decidía sobre cual hablar primero, voy a escribir un poco de todas. Una de cal y otra de arena, que ¡no todo es malo en nuestra profesión! Empecemos, pues.

1. «De profesión, restaurador del patrimonio»

Navegando por la red, me topé hace un par de días con esta noticia publicada en granadahoy.com. Ya por todos es conocido el intrusismo profesional que sufre nuestra profesión en este país. Ni tan siquiera me sorprende leer artículos como éste; me indigna profundamente pero no me sorprende. Para ser conservador-restaurador hay dos vías: estudiar Bellas Artes y especializarte en este campo o estudiar 3 años (ahora son 5) en alguna de las escuelas superiores que hay repartidas por la geografía española. Todos los estudios fuera de estas dos opciones, no tienen nada que ver con la restauración del patrimonio, por mucho que se insista en lo contrario.

AlbaycinClick en la imagen para acceder al artículo completo

La restauración, no es «adecentar» o «arreglar» o «dejar como nuevo». Es respetar el original, las pátinas que el tiempo han dejado en él y reintegrar, cuando sea estrictamente necesario para la comprensión de la obra, diferenciando la parte original del trabajo del restaurador. Nosotros no creamos, no somos artistas, somos restauradores. Os recomiendo que leáis, también, los tres comentarios de lectores justo debajo del artículo para que veáis nuestra impotencia e indignación.

2. Botero se ahorcaría

Como buena admiradora del trabajo de este artista, me llevé las manos a la cabeza al leer este artículo ayer por la tarde.  Bien sabréis que las calles de Oviedo son, prácticamente, un museo de escultura en sí mismas. Estando éstas en el espacio público, es responsabilidad del ayuntamiento su mantenimiento y conservación. Botero proyectó esta escultura en bronce, un metal que se oxida fácilmente, tomando tonos verdosos muy característicos que embellecen la pieza con el paso del tiempo. De la misma forma, el artista puede provocar, intencionadamente, esta oxidación con fines estéticos sin que ello suponga un peligro para la obra.

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Esta imagen muestra cómo era la escultura en origen, brillante, de aspecto suave y con una gran fuerza en su redondez. La fotografía que veréis en el artículo que os enlazo a continuación, no tiene absolutamente nada que ver con ésta. A alguien se le ocurrió un buen día que, los operarios de limpieza y recogida de basuras, debían «adecentarla» con una buena capa de betún. Y quien dice una, dice diez. Vuelvo a recordar lo que decía en la anterior noticia del respeto por el original y por las pátinas que el tiempo dejan en él.

OviedoClick en la imagen para acceder al artículo completo

 Me alegro de que alguien tenga suficiente amor por el arte para denunciar casos como éste que se repiten día tras día en nuestro país, haciendo una propuesta coherente y lógica para remendar el desastre. Vamos con las buenas noticias.

3. Un gran descubrimiento

Después del mal sabor de boca, fue un gran alivio leer esta noticia. El jefe del Taller de Restauración de Yeserías y Alicatados del Servicio de Conservación del Patronato de la Alhambra y Generalife ha inventado un mortero con propiedades fluorescentes. En nuestra profesión es vital dejar claro qué partes de la pieza son originales y cuales no lo son. En primer lugar, para no engañar al espectador y hacerle creer que todo lo que ve es auténtico (aunque en gran parte de las intervenciones no se distinga a simple vista dónde están las restauraciones si no lo miras con ojos de experto) y, después, para que los investigadores y futuros restauradores, puedan saber fácilmente qué áreas están retocadas o reconstruidas y cuales no. Este pequeño detalle, junto con las memorias y las fichas de intervención, facilitan nuestro trabajo infinitamente cuando se trata de eliminar falsos históricos y restauraciones anteriores (que no siempre son adecuadas y pueden provocar daños permanentes).

yeseríasClick en la imagen para acceder al artículo completo

Aunque la noticia salió hace casi tres años, es ahora cuando ha empezado a conocerse en las «bajas esferas» de la restauración (nunca es tarde si la dicha es buena). Me parece un invento magnífico y tan sencillo, que me cuesta creer que no se le haya ocurrido a nadie antes.

4. La magia de las nuevas tecnologías

Para terminar, os dejo con este maravilloso vídeo que publicó una amiga mía en su perfil de Facebook. No os dejéis amedrentar por sus casi 10 minutos de duración, os quedaréis anonadados desde el minuto cero y merece mucho la pena verlo entero. Y hasta aquí puedo leer. Para verlo, haced click aquí.

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