La restauración de materiales fílmicos II (La digitalización)

Como ya os comentábamos en la primera entrada sobre la restauración de materiales fílmicos, las condiciones en las que se almacenan las bobinas, son esenciales para su supervivencia.

Os introducíamos, también, que el proceso de digitalización fue una de las primeras medidas tomadas con la intención de salvaguardar esas cintas. Pero, ¿qué pasa cuando ya están dañadas?, ¿hay alguna forma de «limpiar» esas imperfecciones y recuperar parte de la calidad original?. La respuesta es sí. Con los avances tecnológicos de las últimas décadas y la popularización progresiva del cine, han nacido nuevos métodos y recursos para poner freno a la pérdida documental de estas cintas.

En 1988 nació Lowry Digital Imaging, una empresa con sede en California que se dedica a realizar el complejo proceso de digitalización de antiguas bobinas. John D. Lowry, su fundador, ganó su prestigio en la industria, gracias a sus algoritmos usados para restaurar digitalmente las películas de las misiones Apollo 16 y 17 de la NASA. Más tarde, sería el encargado de devolver la vida a conocidos films como Lo que el viento se llevó , La guerra de las galaxias, Casablanca, Ciudadano Kane, Cantando bajo la lluvia, Doctor Zhivago, Indiana Jones, Blancanieves y los siete enanitos, El crepúsculo de los dioses, Moby Dick y Peter Pan.

La gran ventaja de la restauración digital reside en que no es necesario tocar físicamente la película; simplemente se basa en escanear la bobina y extraer la información de los fotogramas anteriores o posteriores para insertarla en el dañado.

Para que lo entendáis mejor, os resumimos el proceso:

– En primer lugar, se escanea la película fotograma a fotograma. Representan más de 24 horas de escaneado con unas máquinas diseñadas exclusivamente para este propósito -de 300.000$ cada una- llamadas IMAGER XE – ADVANCED que escanea a 4096 bits la películas de 35 mm, produciendo formato cineon RGB utilizando 14 bits A/D. Con la opción 10K CCD tarda de 12 a 24 segundos por fotograma. Cada fotograma ocupa unos 50 MB. Con unos 180.000 fotogramas por película, utilizan una cabina de discos Western Digital Caviar con 700 Terabytes solo para almacenar la película.

– Finalmente, el procesamiento matemático se realiza en otra granja de 700 ordenadores Apple Power Mac G5s con procesadores duales, la película se divide en 700 secciones diferentes que se introducen en uno de estos ordenadores.

Lowry fue el precursor pero, hoy en día, existen decenas de empresas de todo el mundo dedicadas a este propósito. No podemos negar que es un proceso muy caro y muy lento pero gracias a él conservamos muchas películas que de otra forma podrían haberse perdido sin remedio alguno, sin olvidar que, de otra forma, no disfrutaríamos de grandes clásicos del cine como El Acorazado Potemkin -por poner un ejemplo- cómodamente desde el sofá, sólo enchufando nuestro DVD.

Por si os quedáis con ganas de saber más, os dejamos un minidocumental, realizado por Discovery Channel, en el que podéis ver en imágenes todo lo que os hemos contado.

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2 comentarios en “La restauración de materiales fílmicos II (La digitalización)

  1. ¿Algunas películas (independientemente de quién las produjo y de cuándo, aunque por lo general aquellas a las que me refiero, suelen pertenecer a una misma época), lucen de una manera particular (con un tinte especial a veces, o una definición de imágen determinada) por la distinta composición del celuloide en que fueron registradas? No me refiero a retoques de postproducción o efectos visuales, sino a la estética en general. Algunas películas se asemejan a una fotografía de los años 30; otras, recuerdan vagamente a una pintura expresionista; en ocasiones parece que sobre las imágenes hubiese un velo o una lámina como la que recubría las fotografías en los antiguos albumes de fotos, por ejemplo.

    1. Hola Valentín!

      Sin ser una experta en el tema y, por lo tanto, arriesgándome a equivocarme, creo que estás en lo cierto. Así como en la escultura o la pintura el soporte condiciona el aspecto final de la pieza, en el cine parece lógico que también sea así. En este caso, igual que en la fotografía, las imágenes se reflejan en el material fotosensible que, dependiendo de su composición le dará un tono determinado a la proyección.

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