Como algunos ya sabréis, estamos trabajando en uno de los proyectos más bonitos, curiosos y complejos que seguramente tengamos la oportunidad de vivir en primera persona. Hasta hace pocos meses desconocíamos por completo lo que había guardado en el sótano de las oficinas de Cementiris de Barcelona en la calle Joan d’Austria de Barcelona: El Museo de carrozas fúnebres de la ciudad. Es difícil imaginar el tesoro que allí se conserva. Es una colección de 19 carrozas y 3 coches de época (entre ellos un Buick en perfectísimo estado) de las que se dice, forman uno de los conjuntos de éste tipo más importantes y completos del mundo.
Ahora mismo las estamos restaurando para que puedan ser trasladadas al nuevo museo que se ubicará en Montjuïc, donde todo el que lo desee podrá disfrutarlas. Todo en la sala es original, desde los adoquines sobre los que descansan las carrozas y que antes corrían por las calles de Barcelona, hasta las lámparas de gas que cuelgan de alguna columna.
La colección se compone de 19 carrozas de los siglos XVIII y XIX rodeadas de un entorno magnífico que nos hace apreciar cada cuidado detalle de las decoraciones. Las más espectaculares, en el centro de la sala, van acompañadas de caballos y maniquíes vestidos «a la federica» que fueron encargados a los maestros falleros de Valencia. De entre ellas destacan, en primer lugar, la llamada Gran Dumond que fue fabricada en el siglo XVIII por la casa Cellini. Esta casa francesa trabajaba en la época de Napoleón para la gente adinerada y obró una auténtica maravilla. És la única carroza que no tiene asiento delantero así que, en cada par de caballos, montaba un oficial que la conducía y a ambos lados la escoltaban los palafraneros vestidos a conjunto con los tejidos que la adornan. La segunda carroza más importante es la Imperial que, a su vez, fue la última que salió de servicio. Ésta fue sacada para llevar los restos de Tierno Galván, Alcalde de Madrid, y sacarla del museo resultó una auténtica pesadilla para sus responsables. Además de su elevado peso, tuvieron que pasar día humedeciendo los hierros de las ruedas para que encajaran a la perfección y no salieran de su sitio durante el largo recorrido, a parte de desmontar varias piezas para poder sacarla a la calle. No hay que olvidarse que ahora son piezas de museo, pero que en su día tenían una utilidad no decorativa y los engranajes también requieren grandes cuidados.
Las llamadas carrozas blancas son las más delicadas por su función. Eran las encargadas de llevar a los niños y las doncellas, de ahí su color símbolo de pureza. Hay cuatro de ellas y todas menos una son de una sencillez increíblemente hermosa. Cabe decir que son las primeras que dejamos listas para su traslado y, después del proceso, brillan con luz propia.
Para finalizar, un dato curioso: las carrozas lucen dos tipos de escudos. Por un lado, el de la Casa de la Caritat que era la entidad encargada de trasladar los restos de los menos pudientes y, por otro, el escudo de la Diputació de Barcelona que era para las carrozas que solían contratar los miembros de la burguesía. Por lógica, se supone que éstas últimas tendrían que ser las más delicadas y espectaculares, pero estos días hemos podido observar -con alguna excepción- que las más hermosas son las que llevan el primer escudo. Quizás sea por aquello de «los últimos serán los primeros».
Por si os interesa, la restauración terminará a mediados de Marzo, en Abril se desmontarán todas las carrozas y serán trasladadas a su nuevo emplazamiento y, después de los últimos retoques, el museo se abrirá al público en el mes de Junio si todo va según lo previsto. La entrada -si no hemos entendido mal- seguirá siendo gratuita, así que os recomendamos que os acerquéis a hacerles una visita porque os va a encantar.
Os dejamos con un pase de fotos para que os hagáis una idea de los tesoros con los que estamos trabajando. Las hemos sacado de otras páginas porque, por cuestiones de imagen, nos tienen prohibido publicar las fotos que tomamos como documentación del trabajo.
us felicito noies! us desitjo molt bona feina!! :))
Moltes gràcies, Eli!
Una abraçada ben forta!